Los derechos de streaming son uno de los temas que más van a dar que hablar en los esports. No sólo porque son la base para lograr modelo de negocios sostenibles en el sector, como ya ocurre en otros deportes, sino por saber cómo de sostenibles lo harán y porque son un buen factor para medir el estado de salud del sector. Los $90 millones pagados por Twitch a la Overwatch League son un claro indicador de buena salud de los esports.

 

Del acuerdo que no teníamos cifras era el de la ESL y Facebook, y lo que no esperábamos es que la primera noticia relacionada con este acuerdo no fuera para conocer la cantidad, sino para hablar de que no ha empezado bien del todo, por lo menos en lo que a la audiencia, que es la que manda, se refiere. Y es más, ha derivado en un raro cruce de palabras entre ESL y Valve… Os contamos qué ha pasado.

 

El primer evento en el que se ponía en práctica esta asociación en el ESL One Genting, por lo que única forma de seguir el evento en directo y en inglés era a través de la cobertura de Facebook Live. Sin embargo parece que el servicio del gigante de las redes sociales no está de momento a la altura de Twitch, y presentó graves problemas técnicos, especialmente en dispositivos móviles, y que al parecer hizo que la audiencia disminuyera bastante. Por cierto, que uno de los puntos fuertes del anuncio fue que no se necesitaría cuenta de Facebook para poder seguir los streamings y no ha resultado ser así, cosa que ya nos extrañó y comentamos en la noticia.

 

Sin embargo, el verdadero problema no este, sino lo que vino después. Algunos usuarios, ni cortos ni perezosos, ante la problemática, decidieron poner en marcha su propia solución y se fueron a Twitch a hacer el streaming con el propio cliente de DotaTV. Así pues, streamers como Peter “ppd” Dager o Henrik ”AdmiralBulldog” Ahnberg, lograron en poco tiempo acaparar más audiencias en sus streaming que el streaming oficial de la ESL.

 

Y claro, aquí es donde se montó el lío. Jonas Vikan, director de torneos de ESL, tuvo que salir a recordar que quienes desearan hacer un streaming podrían hacerlo siempre y cuando no fuera patrocinado, cosa que no era el caso y por lo tanto, entraba en competencia directa con ESL. Además, así lo reflejan las reglas de Valve sobre streaming de su juego, que para eso es la propietaria del mismo y quien tiene la última palabra: “Valve cree que cualquiera debe tener derecho a retransmitir un partido de DotaTV para su audiencia. Sin embargo, no debe de hacerlo con fines comerciales o de una manera en la que compita con el streaming del organizador del torneo”.

 

Un hecho que sin duda dará que hablar y que ESL no estará dispuesto a que se repita, más que nada porque Facebook no se lo va a permitir. Pero la cosa sigue, por la compañía patina y en reddit comentando sobre el caso, ESL alude a que la norma de Valve no es clara y que ellos consideran que un competidor es todo aquel que incluye anuncios. Y claro, a Valve no le ha sentado bien que alguien venga a decir que no su norma no es clara y  ha respondido diciendo que los dueños del juego son ellos, y que ellos deciden quién viola las reglar o no…

 

Y ya sabemos, ojito con tocar las narices a los publishers últimamente, que ya se han despertado y saben que tienen el poder y la sartén por el mango. La propia Valve “se cargó” el Major de Filipinas no por los organizadores, sino porque le tocó las narices que las leyes del país sobre esports obligarán a hacer análisis de drogas a los jugadores. Estaremos atentos para saber en qué queda todo y si este cruce de declaraciones no va a más, que es lo que esperamos y lo que parece, pero está claro quien parece que manda…