No es que nos guste especialmente recurrir al manido tema de los esports en los Juegos Olímpicos, pero la verdad es que la actualidad manda. No sólo por lo ocurrido en Alemania hace alguno días, sino porque como ya se anunció en Noviembre, en paralelo a los JJ.OO. de Invierno que acaban de comenzar, se celebraría , y se está celebrando como antesala, el IEM PyeongChang.

 

La gracia y el interés de este torneo es que era la primera vez que el Comité Olímpico Internacional admitía su interés por los esports y dejaba la puerta abierta a estudiarlos seriamente como disciplina deportiva, por lo que lo que resulte de esta torneo parece que será bastante importante de cara al futuro. De momento poco se conoce sobre qué conclusiones se pueden llegar a sacar, pero gracias a Reuters, si que tenemos algo de información muy valiosa. No hablamos en esta ocasión de audiencias, ni de datos de streamings, premios o similares característicos de los esports. Hablamos de los deportistas, de lo que piensan al ver que unos chavalillos que andan por ahí cerca están practicando algo que dicen que pronto será una disciplina deportiva de los juegos.

 

Al parecer algunos atletas olímpicos han sido preguntados por los esports, y parece que el recibimiento ha sido bastante frío, y no es un chiste a propósito de que sean los juegos de invierno. El esquiador alpino Ted Ligety, dos veces campeón olímpico lo tenía claro cuando se lo preguntaron: “Son dos mundos totalmente diferentes. Los deportes físicos pertenecen a las olimpiadas. No creo que los los esports pertenezcan a ellas.» Ligety si admitía que el gaming es popular y que los esports es cierto que han venido para quedarse, pero explicaba que no se podían comparar cuando por ejemplo en el esquí alpino las lesiones están a la orden del día y la muerte es un riesgo real. “La parte mental de los esports puede ser dura para la gente de los esports, pero los deporte olímpicos es donde tienes que dar el máximo a nivel físico.»

 

Otras personas preguntadas, como Michael Payne, ex Director de Marketing del COI, era de la misma opinión e igualmente ponía la barrera entre los esports y el deporte olímpico en el aspecto físico. Por su parte, IIyes Satoru, uno de los atletas de esports que está compitiendo, era de una opinión contraria: “Si los atletas vieran realmente como competimos, cómo entrenamos, cuánto esfuerzo ponemos en nuestra rutina diaria para ser mejores, creo que respetarían el esfuerzo que hacemos”.

 

Cifras de audiencia aparte y temas legales a otro, el caso es que si los propios deportistas “tradicionales” no ven a los esports como un semejante, difícilmente podrá darse el día en el que convivan de forma coherente en eventos. Hay por lo tanto, y como hemos defendido siempre desde este medio, mucho trabajo por hacer a nivel cultural antes de que “forzar” la entrada de los esports en otras áreas, pero no porque sea conveniente para el sector o no en función de cómo se haga basándose en unas leyes, sino porque la única vía de que sea un éxito es que quienes tienen que considerarlos como un igual, de momento, están bastante divididos en sus opiniones.

 

Y al parecer, a los atletas no les importan las audiencias o las leyes, sino que se tenga un componente más o menos físico. ¿Desconocimiento de los esports? ¿Pueden equipararse realmente los esports a nivel físico con otros deportes? ¿Es necesario que haya un componente físico para que una competición sea considerada deporte? Las mismas preguntas de siempre y las mismas pocas respuestas, pero eso, ahí están los esports con un torneo en paralelo a los Juegos Olímpicos de Invierno donde se están centrando muchas miradas y se sacarán muchas conclusiones.