Parece que nos adelantamos en felicitar a los alemanes por el acuerdo alcanzado entre los dos partidos de gobierno para llevar los esports a su vertiente olímpica. Si bien el 5 de febrero anunciábamos que uno de los puntos comunes del acuerdo para llegar a un gobierno entre los dos principales partidos políticos alemanes era un hecho, esta semana, casi mes y medio después, se ha pronunciado el Comité Olímpico Alemán (DOSB), y no de forma favorable.

 

Gracias a The Esports Observer hemos podido conocer el comunicado de la máxima entidad olímpica del país. En dicho comunicado se habla de cómo la entidad colaborará con el nuevo gobierno en diferentes aspectos concernientes al deporte en el país, pero justo al final dedica una parte específica sobre el deseo del gobierno de convertir a los esports en olímpicos, dando a conocer su visión: «Esta intención puede ser entendida como un ataque claro por políticos especialistas en el sector digital menospreciando a otros políticos dedicados al deporte, incluso al DOSB, la organización paraguas de los deportes alemanes, yendo en contra de la autonomía de los deportes«.

 

La organización sustenta estas fuertes acusaciones y su posición argumentando que a pesar de los esfuerzos de la coalición política, para llevarse a cabo  dicha medida, losrepresentantes de los esports necesitarían enviar una aplicación formal que debería ser revisada por los miembros del DOSB. Michael Shirp, representante del DOSB, indica que esta es una industria formada por publishers de juegos, organizadores de torneos y desarrolladores de software, por lo que ninguno de ellos tendría potestad para enviar dicha solicitud.

 

En este sentido, y aunque desconocemos la normativa del DOSB, hay que reconocer que sus palabras tienen sentido. Esos tres actores mencionados anteriormente poco o nada tienen que ver en la realidad con estamentos deportivos. Lo cual lleva como siempre a la falta de regulación de los esports y a su concepto global que abarca mucho más allá del deporte. De hecho, no es la primera vez que en este tipo de polémica se ha instado como argumento en contra de su faceta deportiva al considerarlos como entretenimiento más que como deporte. Al menos el DOSB parece argumentar su postura, a pesar de que sus declaraciones,  sin ser de las más duras que hemos visto, si desprenden cierta sensación de sentirse amenazados, como si lo esports quisieran reemplazar el lugar de alguien en lugar de querer ocupar el que les puede corresponder junto al resto de deportes.

 

Tampoco es casualidad el tono de las declaraciones tras las bondades soltadas por el presidente de la Asociación de Futbol hace apenas unas semanas, que ya dijimos que traerían cola. Evidentemente no queremos decir que la aceptación o no de los esports por parte del DOSB esté basada en estas declaraciones, pero si que el tono de las mismas puede haber creado ese sentimiento contrario y a la defensiva que ha mostrado la entidad.

 

El gobierno alemán no se ha pronunciado y dudamos que lo hagan (sería una buena oportunidad para demostrar si la medida de verdad tenía una intención de fondo o era algo meramente  de cara a la galería para ganar votos, estilo Ciudadanos en España…). Quién si ha salido como le correspondía por su papel y porque podría ser quien tuviera la potestad para hacer la propuesta al DOSB antes mencionada, es la Asociación Alemana de eSports (ESBD), en concreto Hans Jagnow, su presidente, que contestaba así a las declaraciones: «No entendemos ese criticismo desde la DOSB. Por nuestra parte damos la bienvenida al deseo político de poner a los esports en la agenda del deporte del futuro en Alemania. Esto no es un ataque a los deportes tradicionales, ya que los esports quieren ser parte de la organización de éstos. Creemos que la mejor oportunidad es tener una puerta abierta al diálogo entre las diferentes asociaciones«.

 

Así pues, parece que igual nos felicitamos demasiado pronto al creer que Alemania podría dar luz verde a los esports olímpicos. Se preve una dura lucha en el país germano, que no viene sino a reflejar la situación actual del sector. Un gran desacuerdo entre entidades incluso a nivel local, una gran confrontación de intereses y una clara dicotomía de los deportes tradicionales y sus agentes a la hora de enfocar su relación con los esports: mientras que unos los toman como una clara oportunidad para evolucionar, otros los intuyen como una clara amenaza a sus intereses y con miedo a lo desconocido. Nada nuevo bajo el sol…