El caso de Japón en los esports es bastante curioso.  A pesar de ser uno de los países pilares en los videojuegos, en los esports no están a la par que sus compañeros asiáticos. Fuertes leyes anti apuestas que han influido bastante en las bolsas de premios que pueden adoptar los torneos han tenido parte de culpa de esta situación. Esto provocó por ejemplo que el EVO Japan de este año 2018, a pesar del éxito que supuso en cuanto a audiencia y participación, resultara económicamente una catástrofe para sus organizadores, llegando a perder $1.13 millones.

 

Así nos hicimos eco hace unos meses, pensando incluso que el evento podría estar en peligro para 2019. Afortundamente, hoy mismo hemos conocido que el evento volverá el año que viene. Será del 15 al 17 de Febrero en Fukuoka, Japón. De momento no sabemos mucho más, ni siquiera lo más importante, los títulos que estarán presentes en el torneo, salvo que se darán más detalles el mes que viene. Es de suponer que repetirán la mayoría de títulos porque tampoco hay anuncios de nuevos juegos de lucha previstos para lo que queda de año.

 

No creemos que sea casualidad que en el mismo día que se conocía esta buena noticia, Capcom haya anunciado también que su torneo de Street Fighter V de este año que tendrá lugar en el próximo Tokyo Game Show, será parte del Pro Tour. Pero lo más importante, es que si algún jugador japonés queda entre los 8 primeros clasificador, tendrá la oportunidad de recibir una licencia pro-gamer cortesía de la Japan eSports Union. Además, el torneo ha podido elevar la cuantía de su premio a unos $90.000.

 

Parece ser que poco a poco algo empieza a cambiar en Japón para favorecer a los esports y que el movimiento llevado a cabo este año por la Japanese e-Sports Association, eSports Promotion Organization y la  Japan eSports Federation, combinándose en un sólo ente para dar lugar a la Japan eSports Union, comienza a dar resultados.

 

La Japan eSports Union ha trabajado en estrecha colaboración con el gobierno japonés y ha llegado a un acuerdo para otorgar licencias a los jugadores profesionales, lo que evitaría el límite en la bolsa de premios y permitiría la realización de torneos más grandes, como los de Tokyo Game Show. Aún así, no está claro aún cuáles son los requisitos específicos para recibir una licencia profesional de los juegos presentados en el programa y hasta qué punto se depende del publisher.

 

En cualquier caso, con todos los problemas surgidos en Japón y con la escena de los fighting games en general, son dos magníficas noticias. Si los fighting games quieren ganar presencia en los esports es fundamental que la escena y los desarrolladores japoneses adquieran más protagonismo, dado que gran parte de los títulos que conforman este área de los deportes electrónicos provienen de allí. Títulos como Street Fighter, Tekken, el reciente Dragon Ball Fighter Z o incluso los Smash Bros de Nintendo, parece que van a tener la ocasión de subir un nivel su presencia en la escena competitiva, como por ejemplo estamos viendo que está sucediendo ya este 2018 con los simracing.