Desde el comienzo de la Overwatch League, una de las mayores lacras que viene padeciendo la liga son las suspensiones de jugadores y entrenadores por comportamiento indebido, bien sea este en lo que respecta a lo meramente deportivo, bien por comentarios, o incluso, y en más de una ocasión, por «escándalos» sexuales. El último ha sido el conocido este fin de semana del jugador de los Boston Uprising, DreamKazper, acusado de mantener relaciones inapropiadas con una chica menor de edad de 14 años.

 

Los tribunales y quien corresponda decidirán sobre este caso, lo que aquí queremos preguntarnos es porqué salen tantos casos de actuaciones inapropiadas en la Overwatch League, de diversa índole (más de las que desde luego serían deseables) y porqué no ocurre lo mismo o al menos no tenemos conocimiento de causas en otras ligas importantes. ¿Acaso es que las plantillas de estos equipos son «peores» en cuanto a la formación que reciben, o el reglamento de la OWL es mucho más severo que el de otras ligas?

 

Lo que está claro es que, si bien muchos no quieren entender los esports como un deporte, donde los jugadores tienen sus propios psicólogos y formación, la realidad es que estos jóvenes jugadores son en muchos casos estrellas tempranas, y ya sabemos lo que suele ocurrir cuando una mente joven y todavía maleable se encuentra de pronto con un éxito mediático. No todo el mundo es capaz de llevarlo con naturalidad, algunos sienten la presión sobre sus hombros y se vienen abajo y otros simplemente se descontrolan. Por ello, la labor del equipo es fundamental y en esto parece que los equipos de la OWL están fallando. Aunque al final, en una liga franquiciada como esta, los éxitos y las derrotas se comparten, por lo que Blizzard no está exenta de culpa.

 

Tanto si las reglas son más restrictivas que en otras ligas como por el motivo que sea, la labor de un equipo es formar a sus jugadores no sólo en lo referente a la competición, sino en su comportamiento fuera de ella, ya que en ellos se miran miles y miles de jóvenes para los que son ejemplo. Máxime cuando estamos hablando de equipos profesionales que tienen presupuesto suficiente para ello, no de amateurs.

 

En este sentido por ejemplo, puede ser my interesante lo que puedan aprender los esports de la NBA. La semana pasada comentábamos cómo nos sorprendió el despliegue que hizo la liga durante el draft, dando a conocer a sus casi 102 jugadores seleccionables a través de Twitter mediante videos. Algunos de ellos, con una forma de vestir y de presentarse propia de auténticas estrellas del baloncesto americano. Sin embargo, a pesar de las excentricidades de algunas de las estrellas de la NBA, una de las cosas que nadie pone en duda es la formación y el mimo que pone la NBA en sus jugadores, y que se ha convertido en ejemplo para muchas ligas. Programas de formación intensivos, cómo comportarse en redes sociales, cómo hablar en público,  incluso les enseñan a cómo gastar el dinero para que no pasen de estar en la gloria a la ruina en dos días. Obviamente casos de fracasos ha habido, pero nadie duda del sistema de la NBA.

 

Ahora que ya la tenemos con nosotros y tan cerca, bien harían muchos equipos y ligas de esports en intentar imitar esos modelos y no dejarlos de lado en pos de otras prioridades más económicas. De lo contrario, se seguirá incurriendo en un factor negativo más que los detractores de los esports usarán a su favor para hablar de la poca profesionalidad de los éstos. Y a buen seguro que en ese sentido si es cierto que la industria necesita mejorar muchísimo. No es normal que casi cada semana haya algún jugador sancionado en la OWL por comportamiento indebido.

 

Esperemos que esa delgada línea roja que separa los esports de los deportes en tantos y tantos aspectos más allá de la pura competición, permita que los deporte selectrónicos aprendan cómo formar a sus estrellas. En este sentido nos queda mucho camino por recorrer.