La Comisión de Juego del Reino Unido, que publicó un documento de discusión sobre las apuestas en eSports el pasado mes de agosto, ha emitido este mes de Marzo un documento en el que se posiciona al respecto, y en el que se establece cláramente como el órgano regulador de los eSports dentro del país. Además de establecer una serie de bases y esbozar su enfoque hacia una regulación oficial, el UKGC también ha emitido una advertencia a los padres, alertando de que sus hijos pueden ser objetivo de algunos operadores de apuestas de eSports.

 

«Las apuestas en los eSports con items “in-game” están creciendo y necesitamos asegurarnos de que todos las apuesta sean justas, seguras, cumplan la ley y protejan a los jóvenes y a los más vulnerables». La sección clave del citado documento esboza la capacidad de la Comisión para regular los enfoques iniciales. La sección 1.4 destaca que, aunque no existe una jurisprudencia aplicable, el organismo tratará de “realizar una interpretación correcta del marco jurídico que rige las apuesta on-line en Gran Bretaña, valorando las situaciones donde el entretenimiento interactivo ha cruzado, o está en peligro de cruzar, las fronteras establecidas parra las actividades de apuestas que requieren licencia». El documento también resalta cinco conclusiones importantes:

1. – «La aplicación del marco regulatorio existente permite un control de los riesgos asociados con las apuestas en los eSports».

2. – «Mantener la confianza del público en la integridad de los eSports como un evento de entretenimiento y apuestas depende de aquellos que buscan beneficiarse comercialmente de ellos, aplicando las prácticas que ya se dan en otros deportes».

3. – “Aquellas situaciones en las cuales se pueda ganar artículos in-game, venderlos o cambiarlos por dinero real  o por otros objetos de valor, según la de ley  apuestas serán considerados dinero o valor de dinero».

4. – “Que la participación en un videojuego para un premio requiera una licencia de juego o no, se determinará por referencia a una serie de factores, incluyendo cómo se determina el resultado y cómo se organizan las instalaciones para la participación n el mismo“.

5. – «Nos enfocaremos en aquellas actividades que desdibujan las líneas entre videojuegos / elementos sociales y juegos de azar y que representan un riesgo para el sistema de licencias. En particular, daremos prioridad a aquellos juegos puestos a disposición de los niños, los que implican gastos y los que se presentan como juegos de azar o asociados con juegos de azar tradicionales».

 

El documento también iba acompañado de una advertencia emitida a aquellos padres en el Reino Unido que tienen hijos que pueden estar jugando en eSports.

 

«Las madres y los padres podrían estar dando dinero a un niño pensando que están jugando con videojuegos cuando de hecho son juegos de azar y esto es una preocupación real», comentaba la CEO de UKGC, Sarah Harrison, que añadía:”Las apuestas en los eSports con items in-game están creciendo y necesitamos asegurarnos de que todos los juegos de azar sean justos, seguros, cumplan las normas y protejan a los más jóvenes y vulnerables «.

 

Tracey Crouch, Subsecretaria Parlamentaria para el Departamento de Cultura, Medios de Comunicación y Deporte, añadía lo siguiente a la declaración de la Comisión: «Es vital que cualquier forma de apuesta on-line está debidamente regulada y es primordial proteger a los niños y las personas vulnerables. Los eSports son un fenómeno que crece cada día y es disfrutado por millones de personas, pero es una preocupación real ya que existen sitios web sin licencia que al amparo de los videojuegos más famosos, están animando a los niños a apostar».

 

En España, al igual que en Reino Unido, aún no existe ninguna regulación oficial a este respecto, y ni tan siquiera se ha presentado un estudio como el presentado en esta noticia y no parece que vaya a ser un tema a tratar en el corto tiempo, a pesar de que también en España comienzan a surgir este tipo de webs fraudulentas que no cuentan con los permisos adecuados y que aprovechan la inexistencia de una legislación al respecto para poder operar sin regulación.