Podría parecer que la noticia que toca desarrollar a continuación tiene un tinte amarillista, pero nada más lejos de la realidad. Las cosas son sería, aunque pueda parecer que no tiene sentido.

Y es que el mundo de los videojuegos siempre está en el ojo del huracán, y esta semana por un nuevo motivo: se ha presentado una demanda que acusa a Microsoft, Epic Games y una serie de desarrolladores y editores de “hacer adictos a los jóvenes y crear una crisis de salud pública”. Es una acusación condenatoria dirigida a los desarrolladores que cuentan en sus títulos con las famosas «cajas de botín» y mecánicas para mantener adictos a los jugadores jóvenes e impresionables. La demanda sostiene que “las principales empresas de videojuegos” están aprovechando la tecnología para “a sabiendas e intencionadamente, convertir en adictos a menores”, atrapándolos desde una edad temprana.

No es la primera vez que surge una demanda como esta, pero probablemente sea uno de los ejemplos más completos. Nombra un amplio espectro de nombres de la industria, desde Activision Blizzard hasta Electronic Arts, y desde Ubisoft hasta Epic Games. Es una demanda con sede en Arkansas, pero los demandantes (padres de un menor afectado por la adicción a los juegos) instan a otros a levantarse y organizar una revolución contra estas empresas llamadas «maliciosas«.

A principios de este año, una clínica respaldada por el NHS en el Reino Unido y creada para ayudar a los jugadores a controlar las adicciones informó sobre un número récord de pacientes, todos ellos de alguna manera obsesionados o adictos al gaming. Por lo general, son juegos como Fortnite, Call of Duty y FIFA los que sirven como base para que estos pacientes se registren en la clínica, todos ellos creados por desarrolladores nombrados en esta demanda.

En el comunicado de prensa de la demanda, proporcionado por Insider Gaming, la empresa matriz de la que se origina la demanda, Casey Dunn, criticó a estos desarrolladores.

La adicción a los juegos es un trastorno grave que altera la vida de los niños y perturba a las familias en todo el país. Los padres como yo a menudo pensamos erróneamente que es un fracaso de tu parte que tu hijo se vuelva adicto, pero a través de este litigio esperamos arrojar luz sobre las acciones reprobables, el engaño y la manipulación de nuestros hijos por parte de estas empresas para su propio beneficio económico.

Parte del comunicado de la demanda

Esta demanda, que está respaldada por una extensa investigación, analiza todo, desde el desarrollo continuo del cerebro de un niño hasta la naturaleza de la tecnología que cambia la industria y hace que los juegos sean más accesibles. Por ejemplo, se mencionó el juego en la nube, una revolución reciente que está haciendo que los videojuegos sean más accesibles que nunca. En el prefacio de la demanda, Dunn menciona que las calificaciones de su hijo habían bajado porque no asistía a la escuela y había experimentado un «aumento de peso extremo«, todo supuestamente debido a su intensa adicción a los juegos.

Se destacó que esta demanda busca compensación económica monetaria y “recursos adicionales de salud mental” para familias que están luchando con niños pequeños que presentan signos de adicción a los juegos. No solo eso, sino que también pretende “obligar a acusados” como Epic Games, Microsoft, Activision Blizzard y Ubisoft a “cambiar la forma en que diseñan y ofrecen sus juegos a menores y adultos jóvenes adictos”.

Sin embargo, la cosa no termina ahí: se menciona que esta es la «primera de muchas» demandas de este tipo que se presentarán en las próximas semanas, lo que sugiere que otros padres se levantarán y tomarán medidas.

Hay que reconocer que, sí, la “adicción a los videojuegos” es real y obviamente las compañías diseñan sus juegos para que los usuarios jueguen cuanto más tiempo posible y gasten cuanto más dinero mejor. Como se haría con cualquier otro producto comercial, hay que añadir… Quizás la palabra adicción puede resultar un tanto exagerada, y esto no quita para que haya casos como los mencionados anteriormente.

Por eso, en la otra cara de la moneda, muchos miembros de la comunidad de jugadores han contraatacado la noticia de esta demanda. Profundizaron en el reclamo y sacaron algunos detalles, revelando que el hijo de Dunn recibe educación en casa, juega «entre 12 y 14 horas de juegos por día» y gasta alrededor de $350 en videojuegos y microtransacciones. Existe un consenso de que a medida que se transmita la demanda, se reducirá a una mala educación o a una falta de disciplina o límites.