Ayer se producía una noticia que debe hacer reflexionar sobre el estado de los esports en España.

 

Como nuestros lectores recordarán, el pasado 20 de Julio y en el ámbito de la Tenerife LAN Party, tenía lugar el evento eSports Talent Canarias. Sin duda alguna el titular más importante del evento es que el gobierno de Canarias se estaba planteando incluir a los deportes electrónicos dentro de su nueva Ley del Deporte, tal y como anunciaba Miguel Betancor.

 

Sin lugar a dudas, una gran noticia, debates al margen de si los esports deben ser deporte o no, básicamente porque primero demostraba el interés en el sector debido a su crecimiento, y sobre todo, porque varios colectivos de esports habían participado en el primer borrador de esta propuesta de ley.

 

Sin embargo, según se podía leer ayer en eldiario.es, parece que el grupo Socialista en el Parlamento de Canarias presentará una iniciativa para regular las competiciones de videojuegos con una normativa distinta a la Ley Canaria del Deporte.

 

La portavoz en materia deportiva, Nayra Alemán, se reunió con diferentes colectivos para debatir sobre el lugar jurídico-administrativo que debe ocupar esta nueva actividad en el escenario del deporte canario. «Sin duda es una actividad que levanta expectación y puede progresar en el número de seguidores, pero la regulación vía ley debe estar sujeta a su naturaleza, si es o no es una actividad deportiva, y no a su carácter de actividad de competición«, eran las declaraciones de la parlamentaria.

 

Hasta aquí todo correcto y opinable. Que los esports necesitan una regulación en España, es algo que es evidente y que diferentes actores del sector ya han demandado. Entendiéndose como regulación precisamente eso, un conjunto de normas que permitan aclarar ciertos aspectos y establecer unas bases para que el sector crezca, no un conjunto rígido de normas que al final supongan una cárcel e impidan su correcta evolución. Y esto es independiente de si los esports pueden ser considerados deportes o no, ese quizás sea un debate secundario.

 

El problema viene cuando según eldiario.es, en la reunión mantenida por la diputada del PSOE estuvieron representantes del Colegio Oficial de Profesionales de Educación Física y Deporte de Canarias, de la Asociación Canaria de Gestores Deportivos (Acagede), la Asociación de Clubes de Élite de Gran Canaria (Acegc) y de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. La pregunta clave es dónde estaban los representantes del sector esports y cómo se puede afirmar que los esports son o no deporte sin haber escuchado, consensuado y haberse informado previamente precisamente con los representantes del sector.

 

Según la noticia, Nayra Alemán escuchó los argumentos de los representantes del deporte para no incluir estas competiciones en la Ley Canaria del Deporte, punto en el que la diputada socialista manifestó su coincidencia y abogó por regular esta nueva actividad pero desde otra normativa distinta a la actual del deporte. Al menos parece que están de acuerdo en regularlo, pero la pregunta clave de nuevo es cómo lo van a hacer si no han hablado con representantes del sector.

 

También llama la atención que al parecer los representantes del Colegio Oficial de Profesionales de Educación Física y Deporte de Canarias, desde un punto de vista docente alertaron de que la inclusión de los esports en la Ley Canaria del Deporte podría suponer la implantación de esta actividad de videojuegos en los colegios dentro del horario lectivo.

 

Cuando organizaciones como TESPA en USA están promoviendo los esports a nivel universitario con más de $1 millón de dólares en becas, cuando la British Esports Association está llevando precisamente los esports a las aulas de los colegios como actividad complementaria y como actividad cultural, cuando los chavales aprenden idiomas jugando a videojuegos, cuando hablamos de videojuegos, que son considerados como elemento cultural desde hace años, o incluso cuando el propio CD Tenerife ha anunciado que tendrá un equipo de esports, que haya que “alertar” de que los esports lleguen a las aulas como si eso fuera un hecho negativo, demuestra claramente el desconocimiento de los esports por parte de políticos e instituciones, y explica también porqué muchos de los actores principales de los esports en España temen precisamente que se cree una regulación, porque se acomete desde el total desconocimiento de un sector.

 

Habrá que esperar para ver si finalmente los esports pueden ser incluidos en la Ley Canaria del Deporte o no, pero desde luego lo que se ha demostrado es que en  España se está aún lejos de poder regularizar los esports de manera coherente, sea como deporte o no.