No todo en los esports es brillante y magnífico y también hay noticias que nos impactan pero no por lo positivo, sino más bien por todo lo contrario. Hoy ha salido a la luz que la organización de esports Naventic debe más de $50.000 a sus jugadores de Héroes of Storm, hecho que lamentablemente no es infrecuente y que ya hemos tocado en este medio.

 

Los jugadores del equipo han explicado en Dot Esports, toda vez que ya ha pasado un poco todo el entuerto, que la organización les debe varios meses de salarios y algunos de ellos pasan por graves problemas económicos al haber gastado por adelantado lo pensaban que iban a recibir en salario y encontrarse ahora sin esos ingresos.

 

Al parecer, los jugadores tenían acordado un salario de $1.250 mensuales desde que firmaron con el club en 2016. Cuatro jugadores llevan sin cobrar 5 meses, desde Abril a Septiembre, otro llevaría 7 meses, de Abril a Septiembre. Además a algunos de ellos les deben todavía pagos por los premios de ciertos torneos, en concreto a tres jugadores se les debe dinero por los premios obtenidos en la DreamHack All-Stars, unos $7.125 cada uno, por un total de $37.500, haciendo que el total de la deuda del club con los jugadores ascienda a $55.125.

 

Al parecer lo jugadores ya se habrían puesto en manos de abogado al comenzar los impagos de los salarios y al principio recibieron promesas de que se los pagarían, pero pronto las comunicaciones se cortaron. En lo que respecta a los premios del torneo, al principio se les dijo que era el propio organizador quien no había pagado, hasta que los jugadores se pusieron en contacto con la propia organización del torneo, que confirmó que ya se había pagado el premio al club.

 

Como suele suceder en estos casos la cosa no está teniendo un final feliz y está lejos de ser resuelta. El dueño de la compañía Elliott II no responde a la llamadas de medios ni abogados, y parece ser que vendió el club en agosto a otro inversor que al ver la problemática, también ha dejado de  contestar y está localizadle. Y mientras los jugadores continuaron compitiendo hasta que por fin fueron liberados en agosto, pero siguen sin haber recibido sus pagos.

 

Una situación muy triste que como decimos, por desgracia, es más común de lo que parece. Hace poco comentábamos el caso de Denial Esports, en el que al menos el CEO de la empresa dio la cara y reconoció los problemas económicos pero sin abandonar el club y dando explicaciones de las acciones que se estaban llevando a cabo para revertir la situación.

 

Esperemos que este tipo de acciones no proliferen dentro del sector, para lo cual hace falta, en contra de lo que muchas gente pueda pensar, no una regulación propia, sino más profesionalización. Estamos hablando de un caso de impagos de contratos de trabajo, donde existen cientos de leyes y regulaciones que defienden ya los derechos de los jugadores. El verdadero problema es la formación empresarial y ética que pueden llegar a tener los dueños de los clubs, normalmente jóvenes jugadores que en muchas ocasiones desconocen lo que es llevar las finanzas de un club o de una entidad deportiva (al igual que ocurre en otros sectores, como por ejemplo el de los videojuegos), y menos aún cuando obtienen cierto éxito y se ven obligados a gestionar contratos, salarios, patrocinios y demás, donde despistes os situaciones de este tipo pueden ser normales  y hay que estar preparados para gestionarlas.